jueves, mayo 03, 2007

La consolidación de Adrián, el arranque de Joakim


Mexicanos en GL  Abril

Antes del inicio de la temporada de Grandes Ligas, tuvimos una noticia, una sorpresa, una injusticia y lo que en la prensa gringa llaman no-news, todas malas. La noticia fue que, tras un buen desempeño en los entrenamientos de primavera, Esteban Loaiza cayó a la lista de lesionados. La sorpresa, que Jorge Cantú fue bajado a AAA por las Mantarrayas de Tampa Bay, quienes se encontraron con que por fin su consentido B.J. Upton podía batear y que el de Reynosa seguía tirándole a todo y fildeando en un rango restringido. La injusticia fue que, tras un marzo impresionante, David Cortés no se quedara con los Gigantes de San Francisco y terminara con los Diablos. La no-noticia, que Miguel Ojeda se quedara fuera del equipo grande de Texas.
Llegó abril y sucedieron tres cosas, todas buenas. Adrián González está demostrando porque fue el primer elegido en el draft del 2000. El novato Joakim Soria tardó menos de dos semanas en apoderarse del puesto de cerrador de Kansas City. Ninguno de los cuatro abridores mexicanos ha tenido un mal inicio de temporada.
Aquí, la primera entrega –abril- del análisis de los mexicanos en Grandes Ligas, en orden de su desempeño individual de toda la temporada..

Adrián González. El de Tijuana terminó el mes en el liderato de carreras producidas en la Liga Nacional, pelea por encabezar la lista de jonroneros y batea por encima de .300. Sus números: .306, 7 cuadrangulares, 25 producidas, son impresionantes. Más todavía si tomamos en cuenta que Petco Park, la casa de sus Padres de San Diego es el paraíso de los lanzadores. Además, con el guante ha estado extraordinario. Su único problema es que se poncha mucho.

Joakim Soria. Que el brazo de Joakim Soria echa lumbre, lo saben los Naranjeros de Hermosillo, a quienes les endilgó un juego perfecto en diciembre. Para entonces, los Reales de Kansas City se habían hecho de sus servicios a través de la “Regla 5”, que permite a los equipos capturar jugadores no drafteados, a condición de que jueguen toda una temporada en el equipo grande. Los Reales tuvieron ojo clínico. El de Monclova se ha visto totalmente dominador en 8 de sus 10 salidas, rebasó a David Riske en la carrera por el puesto de cerrador, ante la lesión de Octavio Dotel y, si sigue así, el dominicano, aunque regrese, habrá perdido la silla. Joakim lleva récord de 1-1, con 3 salvamentos, 3.00 de carreras limpias y 14 chocolates en 12 entradas lanzadas.

Rodrigo López. El análisis estadístico decía que este sería un año terrible para el de Tlanepantla. Llevaba tres temporadas seguidas en las que números cruciales (como el de cuadrangulares admitidos por cada 9 entradas, o el de corredores embasados por inning pitcheado) empeoraban de manera consistente. Para colmo, se fue a Colorado, al Coors Field de las pelotas voladoras. En el mes tuvo tres salidas, las dos primeras de calidad: en cada una de ellas admitió sólo una carrera limpia. La tercera salida era igual de buena, pero una dolencia en el codo –que lo venía molestando desde una semana atrás- le impidió llegar a las cinco entradas reglamentarias y lo mandó a la lista de lesionados. Lo más notable de Rodrigo es que revirtió la proporción de rodados/elevados, que era su problema principal y en abril fue de un muy sano 1.67. Su record es de 1-0, con un magnífico 1.59 de efectividad y en mayo deberá regresar a la rotación de los Rockies.

Oliver Pérez. Era una de las grandes incógnitas para este 2007. En primavera se hizo de un puesto seguro en la rotación de los Mets. En la temporada ha tenido dos aperturas magníficas, una aceptable y otra horrorosa. El problema histórico de Oliver ha sido su control: dio siete pasaportes en sólo 2.2 entradas en su salida horrorosa, pero no concedió ni uno solo en las otras tres, lo que abre espacio esperanzador para un buen año. Terminó abril con marca de 2-2, 3.86 y 26 ponches.

Jorge de la Rosa. El regiomontano de los Reales está teniendo por fin una temporada estable y se ha convertido en uno de los abridores más decentes del equipo sotanero de la división central de la Americana. En cinco salidas, ganó dos que fueron de calidad (el día 22 lanzó 8 entradas y se combinó con Soria para una joyita), en otra se fue justamente sin decisión. La clave es que ha mejorado su control. Su récord del mes: 2-2, 3.82, 21 chocolates.

Edgar González. Otro nuevoleonés que apunta a una mejor temporada, enseñando la misma calidad que mostró a finales de la anterior. Como abridor de Arizona, ha tenido cinco salidas, dos de calidad (una la perdió 1-0 en duelazo con Barry Zito) y ninguna desastrosa. Su marca: 1-2, 4.45.

Oscar Villarreal. No ha tenido una gran campaña, y ha estado cumplidor a secas en el bullpen de los Bravos de Atlanta. Sólo en una de sus 9 apariciones en el mes salió totalmente incólume, por eso ha sido enviado al relevo largo. Lleva 1-0 y 4.76 de limpias. Eso sí, con 16 ponches en menos de 12 entradas.

Alfredo Amézaga. Callado, paciente, el sonorense le ha sacado jugo a su versatilidad con los Marlines. Si el torpedero titular tiene molestias, lo suple Alfredo. Si se lesionó el novato De Aza, quien le había ganado un lugar en el jardín titular, ahí está Alfredo para suplirlo. Y no solo sustituye, cumple bien. Terminó el mes participando en 19 encuentros, con .284, un jonrón y 7 producidas. Falta verlo correr las bases, que es una de sus especialidades.

Elmer Dessens. Al inicio de la temporada lo transfirieron a Milwaukee. Con los Cerveceros ha trapeado entradas, con suerte desigual (le han pegado en 5 de sus 9 apariciones). Ganó un juego tan largo que se prolongó al día siguiente y perdió uno en el que le metieron cinco carreras sucias. Su marca: 1-1, con 4.91 de limpias.

Dennis Reyes. Decían los especialistas en EU que el sinaloense no iba a poder repetir la temporada excepcional del 2006. Hasta ahora han acertado. Reyes no se ha visto dominador, aunque mejoró a fin de mes tras un inicio muy malo. Aparece a cada rato, como especialista zurdo, pero en ocasiones ha empeorado el brete. No lleva decisión, y un feíto 7.04 de PCL.

Humberto Cota. Su bat estuvo encendido en los entrenamientos de primavera, y no empezó mal en abril. Cuando pensábamos que podía empezar a competir con Ronny Paulino (tremendo brazo, gran slump de bateo) por la titularidad de la receptoría de Pittsburgh, pasó lo de siempre: Cota se lesionó. Termina el mes con .250 y 3 impulsadas, que son casi tantas como las que produjo en todo el año pasado.

Oscar Robles. El destino de este utility está ligado a las lesiones del equipo grande. San Diego lo llamó a fin de mes y bateó de 5-1.

Jorge Cantú. Más que problemas en el bateo, que los tuvo en primavera, su poco rango en el fildeo mandó a Cantú a Durham, muy en contra de su voluntad. El tamaulipeco coqueteó con la idea de irse a otro equipo (“Soy jugador de grandes ligas”), pero los dueños le hicieron manita de puerco y se disciplinó. Al fin de mes regresó a Tampa, donde lo han colocado en primera base y donde debe soltarse con el bate. En tres días bateó de 7-1 y anotó una.

Juan Castro. Ha estado todo el mes con Cinci, jugando cuando quieren descansar a los titulares del infield medio. Garantía defensiva, ha sido una nulidad con el tolete: batea para un mísero .083, con una remolcada.

Esteban Loaiza tuvo buena primavera, pero una molestia en el hombro lo marginará hasta mediados de mayo; Ricardo Rincón fue despectivamente echado de los Cardenales, pero San Francisco lo recuperó a partir de mayo; Luis Ayala  debe estar listo para regresar a los Nacionales de Washington en las próximas semanas, luego de más de un año de inactividad. 

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