martes, junio 23, 2009

Voz Obrera

Voz Obrera
-A Raúl Trejo
Se cansa una de tanto trabajar, sí, me siento con profunda poca gana, ah turbada, acalorada de mente, chirriada. No puedo palabras hilar, con ganas de incoherenciar y escribir pochotl, tráfago, balbuceos. O se me cortan las palabras hoy no porque puedo decir esto que digo y acordarme sin acobardarme (los compañeros tienen crisis de locura, duro trabajar con fósforo no cura la locura). En la noche me viene en pensar en aplausos, se me olvida la sonrisa que me lanza Xavier en el descanso, a virgencita ruego no se me vaya lucidez, güesos siento torcidos y sin voluntad. Oh. Ahora cómo hago a decir poemas que me traduce mi hermano. Y en la madrugada me despierto con extraña palabra en la boca: Lubiam, ¿qué querrá decir lubiam? Mil atolondramientos haciendo la casa luego, malhaya la hora en que me perdí. Cosas nuestras de la vida ¿qué le vamos a hacer? Puesto que aquí estamos, pues, con los pies que no nos aguantan, muy poco deseo de llegar a la casa, moverse. Y a los compañeros les dan ataques de risa, ahjajajajaja a mí a veces qué desolado. Estamal malmuimalcarajo. Carguita que nos diste al hombro. Palabras nos pueden no salen, y también sueño con correítas que se tienden, ¿horcas? Pa los frijoles ¿verdad? Creo que Lubiam tenía como cincuenta años y murió con los huesos hechos polvo. Sí. Patrón a ofensas no llegan, dice. Yaún no sabemos cuál ha sido nuestra culpa, pasan años y desconocemos, nutrimos culpita extraña. Semanas mano engarrotada de Lupe, ni moverla ni hacer su cama podía, nadamás tele y tamaños ojotes. A mí también me duelen. El seguro de vida, ptrón, sólo caso mueran trabajadores fábrica, accidente o eso, dice tras la jaulita de cristal. A José lo corrieron, enloqueció y mentó madres, hambre, pero por mientras hubo fiesta primero de mayo, ques mi cumpleaños, representante de la CTM hermoso discurso y miradas sin luz de la Lupe, qué hacía miles de esfuerzos. Fósforos no querían encenderse. Gacha labor, pero pues ni modo, rotos güesitos, vaya. Tan mala como leer el periódico. Un mucho ingrata labor de fábrica y la música Eeees Radio Felicidad a todo volumen, tonada de moda sigues ritmo, timbeas, hasta cuando caminas por la calle. Siquiera fuera Radio AI, guapa choza. Págase poco peor fuera nada, algo se come, alcanza para tv y picnic con los domingos la familia. Una camisita de holanes padre, y Xavier se atraganta con mis pechos. No en otro lugar hay trabajo, casi tres años, desde de la escuela hasta hoy. Cuotas sindicales por nosotros y por Lubiam, qué horribles gritos cuando se desplomó. Me vienen me vienen y no los puedo aguantar, corre corre y díle que no grite. Aquí no se habla de libertad. Harta la tristeza de mi hermanita que yo he visto en sus ojos, malmuimalmalquédelcansancio. Embalar cosa, vemos visiones, a arruinarlos los aparatos y los digestivos y los huesos y nada, apenas el sabor picosito de la pecsi calma en los intervalos, yo meto las manos en muslos y me rasco las medias. Compulsión dice Celina que ella tantos años, oh. Me cae que oigo aplausos, Xavier dice que los controles de la tierra, computadora planeta están en manos de él. Le miro los labios, que susurran, ensordece Radio Felicidad. Patrón en consulta democrática felicidad como estación dice que sacó. Chin ya no hilo bien. Bienmuyviendebohilar porque si no no, es la maldicióndelavida, sabe a cigarro aplastado. Señor Patrón usté es muy hijo de su madre pero sabe que nos da de comer, José decía atole yo no sé, la verdad. Al rato fósforo necesidad del cuerpo. Patrón por los pocos pesos nos quita vida, pero qué se le va a hacer ¿nada? Medicinas gratis, eso sí, por conquista dice el representante sindical, porque si no trabajamos y luego quién, o comemos cómo. Celina y las veteranas sentadas sobre las cajas a la hora del lonch están como muertecitas, dormitan una sobre otra, pasando la comida. Lupe fuma sobre la caja de cartón con tamaño solesote sobre la cabeza, yo le huyo al Xavier, y al Miguel, que también ¿por qué no? Son horas terribles porque una se siente nadie y luego ves a las viejas ahi tiradas, engarrotadotas, turpes las manos Lope. Tres fueron los hijos del obrero Lubiam, también se sentó, antes que yo, en cajas estas de cartón para lonchar, ay qué jeroglífico vida. Por los centavos de la máscara ahorrados pocos Lubiam se deshizo por dentro gases en los güesos y venas y todo, lubiam palabra extraña en boca, ¿vida querrá decir y no como el patrón? Celina no fue al entierro, miedo dice. A los demás, que su marido no estaba dispuesto a dejarla ir, eso dicen ella y dos. Yo sí fui, gritos histéricos viuda cuando bajaba la caja, cuando caía la primera palada de tierra. Ahistaba el nudo conmigo, y yo apenas si conocía al señor. Que pena penita tan grande me dimos todos. Y hoy, saliendo del trabajo, que José me da un papelito escrito a máquina, así muy serio. Es por Lubiam, me dice.
A los compañeros de la fábrica
La muerte del compañero Lubiam deja en claro que las condiciones de trabajo que tenemos que soportar son inhumanas. Por lo tanto, exigimos:
-Que se dote a todo el personal de mascarillas, para no andar inhalando gases tóxicos que nos hacen viejos prematuros y nos matan.
-Que se permitan descansos de quince minutos por cada dos horas trabajadas, de manera que podamos recuperarnos, aunque sea un poquito.
-Que se instale un comedor en donde nos vendan, a buen precio, comida higiénica y no tengamos que andar tragando una torta y un refresco sentados sobre unas cajas.
-Que se nos respeten los días de vacaciones y que podamos decidirlo nosotros, y que no sea cuando al patrón le dé la gana.
-Que se pague a las compañeras trabajadoras lo mismo que a los hombres. No se vale que a trabajo igual haya salarios diferentes.
-Que se prohíba severamente a los jefecillos y subjefecillos tratar a los obreros de "tú" cuando saben que nosotros no podemos darles el mismo trato.
-Que podamos elegir libremente a nuestro representante sindical. Miguel Ángel no hace nada.
En esta fábrica falta la dignidad, como mínimo se debe reconocer la importancia de nuestro trabajo. El patrón siempre necesitará trabajadores; nosotros producimos, no como don Romualdo, el señor Palomino o Miguel Ángel.
Brigada Lubiam, para que los Lubiams desaparezcan
Llevo tres leídas y una copiada de este papel, mi categoría es inferior a la de Xavier y tenemos los mismos trabajos. En la tarde me la pasé viendo a Celina y a las otras veteranas, aparentan más años de los que tienen, es cierto y en realidad muy mal. Me han dado varias veces ganas de romper el papelito, no sé por qué, igual no he podido y hasta lo copié. Será que Lubiam era un nombre de mi mente que apenas algunas veces oí, pero su nombre y su cara me visitaban en las noches, acompañados de música estridente. Las facciones de José han cambiado, es otro el que gritaba tan duro en la fábrica. Hay que morirse para nacer o qué. A ver si mañana hablo con Xavier desto. Lo malo es que va a creer que me lo quiero volver a ligar y miedo no me falta. Pero hay que hablar, José tiene razón. No. Ese papelito no lo rompo.
México, 8 de septiembre de 1975

miércoles, junio 17, 2009

Biopics: El 18 Brumario de Luis Echeverría

La primera boda

Llegué a México sin saber que me esperaba una feria de bodas. Apenas llevaba unas horas en el país cuando recibí la primera, sorpresiva, invitación. Luis Foncerrada se iba a casar en un par de días con una chica a la que había conocido en La Vaca Negra de la glorieta de Insurgentes. La ceremonia se iba a llevar a cabo en su casa, y resultaba que ya no vivía lejísimos, en Las Arboledas, sino muy cerca, en la esquina de Ejército Nacional y Circuito Interior (de hecho, de las ventanas se podían ver los autos acercándose y tomando la curva).

Estéfana, la novia de Luis, era una chica de Matamoros, que estudiaba sociología y vivía en una residencia universitaria femenina, manejada por hermanas teresianas. A la boda –que devino en fiesta cacahuatera- asistieron muchas de sus compañeras. Era agradable echarse el rollo –a veces repitiendo consignas del PCI: “el aborto es un drama que se vive en la piel de las mujeres”- ante un público femenino comprensivo e interesado. Mientras yo disfrutaba de mi popularidad, Mapes se ligó a una chaparrita, cuya estatura contrastaba con el cigarrote y el vasote de whiskey que tenía en las manos.

Para mi sorpresa, terminada la fiesta, la novia se regresó a su residencia estudiantil, porque aquella había sido sólo la boda por lo civil. No contaba, según las teresianas.


Un sarro de la chingada

Poco después, Mapes me invitó a hacerle el paro. Iba a salir con la chaparrita, y ella tenía una amiga, qué tal si yo salía con ella. Acepté. Fuimos a la Residencia Universitaria Femenina, y había un hervidero de mujeres. A Eduardo se le iban los ojos. Él salió con Patricia y yo con su amiga, la Guamuchil. Al poco rato, la chaparrita ya no parecía tan antipática, y Mapes seguía revoloteando (como si su idea fuera salir con las setenta chavas). En un determinado momento, ella –que acababa de terminar la carrera de odontología- me dijo:

-Tienes un sarro de la chingada.

-¿De veras?

-Si quieres te hago una limpieza.

Quedamos en que fuera a visitarme a la casa. La tarde en que lo hizo, apenas iniciaba su tarea, llegó Mapes algo acelerado, con la idea de que fuéramos a Los Pinos, a intentar hablar con el General Castañeda. Sucede que Echeverría, que estaba a punto de dejar la Presidencia, había transferido nuestras becas al Banco de México y en Banxico nos dijeron que no había manera de aumentarlas –habían perdido 40 por ciento de su valor con la devaluación del peso- y hasta nos regañaron “por venir hasta acá”.

Patricia insistió en continuar con la limpieza dental, así que zarpamos en el auto de Mapes y ella me quitaba el sarro en los altos. Habrá que admitir que no eran las condiciones óptimas.

Conseguimos una cita con el jefe del Estado Mayor para el día siguiente (lo que quería decir que la que yo tenía con Irma, mi ex novia atleta, tuvo que ser cancelada). Tras una larga espera (en la que hojeé uno de las decenas de periódicos mexiquenses: El Tercer Mundo, con el epígrafe de “Diario del Subdesarrollo”), el General Castañeda nos recibió. Noté que tenía libros liberales en su biblioteca y no supe si era para que los visitantes los vieran, y pensaran que en realidad él era un liberal, o porque realmente los leía. Accedió a consultar con el Señor Presidente para que nos dieran el aumento (efectivamente lo hubo, y casi quedamos tablas, pero el Banco de México sería algo moroso en los pagos).

El caso es que nunca me vi con Irma y que volví a salir con Patricia (y Foncerrada y señora), a Coyoacán.


En Oaxaca y con el PMT

Hubo un buen rol a Oaxaca. Fuimos Eduardo Mapes, Susana Duprat y yo. Aunque, como solía suceder con nosotros, los víajes eran más bien al interior de nosotros mismos, aquel estuvo particularmente alivianado. Una noche nos pasamos los tres brincando de cama en cama, como niños felices. Era padre estar con Susana, porque contagiaba una grata sensación de libertad. Ella recién había terminado la carrera de psicología y trabajaba de orientadora en una secundaria. En aquel viaje nos quedó claro que estaba más que prendada de Jorge Carreto.

Otra cosa que hice fue asistir a un concierto de Óscar Chávez en el Auditorio Nacional, que organizaba el Partido Mexicano de los Trabajadores. El PMT había sido el principal derivado de aquel CNAO (Comité Nacional de Auscultación y Organización) surgido después del movimiento del 68. No era una organización legal –el concepto de registro aparecería un par de años después-, pero sí era tolerada. Fui, más que para escuchar la música, para palpar el ánimo organizativo en la izquierda mexicana. El auditorio se llenó a reventar, y era evidente que la mayoría eran jóvenes de izquierda. Pero cuando Eduardo Valle, El Búho, inició un rollo político en el intermedio, lo abuchearon. “No soy un payaso”, respondió, “sino un luchador social”. Eso bastó para que se callaran y le prestaran atención, aunque fuera por un ratito. A la salida compré el libro ¿Para qué un nuevo partido?, de José Francisco Paoli, en el que explicaba las razones detrás de la creación del PMT.


El 18 Brumario de Luis Echeverría

La situación política del país era bastante distinta a la que se vivía un año atrás. La Tendencia Democrática de los electricistas, que había aglutinado a tantos grupos obreros y sindicales a su alrededor, había sido reprimida. El diario Excelsior había sufrido un golpe interno, sus directivos habían sido sustituidos y muchos de sus mejores periodistas habían tenido que dejarlo y ahora era un periódico informe, chato y pro-gubernamental. José López Portillo había ganado, compitiendo en solitario, las elecciones presidenciales (el Partido Comunista presentó como candidato independiente a Valentín Campa y se autoadjudicó el millón completo de votos anulados que hubo). Pero, sobre todo, había una derecha muy activa en un frente inédito de lucha ideológica: el de los rumores –que había estado practicando desde los inicios del sexenio de Echeverría.

Entre los que se manejaban estaban un supuesto plan para expropiar viviendas y otro para congelar las cuentas bancarias, luego de la devaluación. Una suerte de guerra sucia que acusaba a Echeverría de procomunista. Se señalaba a grupos empresariales de Monterrey –la famosa conspiración de Chipinque- como los promotores, y su finalidad primera era condicionar el comportamiento del nuevo Presidente.

El más notorio de los rumores que armó la derecha en aquel entonces fue que Echeverría estaba dispuesto a realizar un autogolpe de Estado, el 20 de noviembre de 1976. Su 18 Brumario. Un concepto totalmente absurdo, pero que algunos incautos creyeron a pie juntillas. El hijo de la señora que vivía enfrente de la casa de mis papás fue por ella aquel día “para llevarla a lugar seguro”.

Ese falso 18 Brumario, mis padres fueron al velorio de la señora Pirod, esposa de un amigo de mi papá, y se llevaron a mi hermano. Yo aproveché la situación para ir a la casa con Patricia. La pasamos muy divertidos.

miércoles, junio 03, 2009

El antivoto

Ahora que mucha gente está pensando en abstenerse o anular su voto para protestar por la falta de calidad de los partidos, me vino a la mente una idea a la medida de la situación, que además evitaría que se dispararan el abstencionismo y las boletas en blanco o anuladas.

El proyecto consiste en crear el antivoto, tomando en consideración que aún el ciudadano más molesto con los partidos políticos, tiene alguno que le parece particularmente pernicioso.

Según este proyecto, el ciudadano al llegar a la casilla, puede elegir una boleta blanca para depositar su voto o una boleta oscura, para depositar un antivoto, que se podrá dar a un solo partido político. Al finalizar la jornada, los miembros de la casilla cuentan los votos de cada partido… y también los antivotos, que se descuentan al partido político que los recibe. De esa forma, el ciudadano harto de los partidos y de la clase política, los castiga a todos, no votando por nadie, pero cebándose en uno en particular: el peor de todos ellos.

El 5 de julio saldré a votar. Supongo que sufragaré, sin mucha convicción, por la misma opción que hace tres años. Lo que en realidad me gustaría es tener un antivoto, y ya sé a quién se lo daría.

El mal llamado Partido Verde se ha convertido en lo más cercano a un partido neofascista en este país. Es un grupo de juniors vividores que ha hecho de la pena de muerte su caballito de batalla en estas elecciones, que se ha opuesto militantemente a la despenalización del aborto (votando, incluso, en legislaturas estatales, por prohibirlo incluso en caso de violación) y a cualquier estrategia antidrogas que no sea la persecución hasta del más mínimo consumidor, que apuesta por la privatización de la medicina y la educación -promocionándola con anuncios mañosos-; un partido cuyos miembros destacados son ejemplo de frivolidad y corrupción, que durante una década sobrevivió sólo merced a alianzas oportunistas y ventajistas, que a menudo propone medidas autoritarias para resolver los problemas y que jamás ha movido un dedo, seriamente, a favor del medio ambiente.

Me temo que habrá suficientes incautos –o ultraderechistas de clóset- como para que ese engendro mantenga su registro. Ojalá se le pudiera sepultar con antivotos.

martes, junio 02, 2009

Adrián, en la ruta del Bambino


Mientras el contingente mexicano en Grandes Ligas sigue creciendo, la mayoría de los peloteros nacionales en la gran carpa tuvo algún problema en mayo. Si alguien destacó fue Adrián González, el slugger de Tijuana que sigue en plan de bombardero y lidera las ligas mayores en cuadrangulares.

Aquí el seguimiento del contingente mexicano, siempre de acuerdo con el desempeño acumulado en la temporada (e incluyendo a los paisanos que jugaron para México en el Clásico):

Adrián González durante mayo bajó su porcentaje de bateo, pero se ponchó menos y tuvo dos rachas extraordinarias: a principios de mes, 6 jonrones en 5 juegos y, a fines, 4 partidos seguidos volándose la cerca (y lo hizo de nuevo el 1º de junio). El tijuanense va en la ruta del Bambino, y no exageramos. Al ritmo que lleva, pegaría 63 cuadrangulares en 154 juegos (contra los 60 de Ruth) y terminaría la temporada con 67 bambinazos. Eso no es nada, Adrián batea la mitad de sus juegos en Petco Park, el paraíso sandieguino de los pitchers. 15 de sus jonrones han sido como visitante (donde batea .313, frente a .264 como local): fuera de casa lleva ritmo de 90 vuelacercas en la temporada. De miedo. En mayo bateó para .250 con 11 cuadrangulares y 20 impulsadas. En la temporada lleva .290, con 21 palos de vuelta entera y 41 producidas.

Yovani Gallardo. El lanzador michoacano sigue teniendo salidas de calidad con los Cerveceros. El 25 de mayo se enfrascó en un duelazo de pitcheo con Chris Carpenter, de San Luis. Ambos llegaron a la sexta entrada sin permitir hit, pero se fueron sin decisión (Yovani permitió dos imparables en 8 innings). En el mes tuvo 3 ganados, 1 perdido, un juego completo y un agradable PCL (carreras limpias admitidas por 9 entradas lanzadas) de 2.86. En la temporada, 5-2, 3.18 de carreras limpias y 65 ponches. Lidera la Liga Nacional en porcentaje de bateo de los contrarios: un mísero .202.

Scott Hairston. El más joven de los Hairston Arellano sigue encendido con el bat, al grado que ya es tercero en el orden de los Padres. Su éxito –y lo que le permite ahora jugar a diario- es que, a su tradicional efectividad contra los zurdos, a quienes les batea .393 ha agregado un bateo más que decente contra los derechos (.282). El problema para los Padres es que Adrián le pega mejor a los derechos. Escotito bateó para .300 en mayo, con 4 jonrones y 11 producidas. En la campaña: .331, 8 cuadrangulares, 23 impulsadas.

Jorge Cantú bajó notablemente su producción, y con ello los Marlines de Florida han dejado de luchar por el liderato en su división. Se volvió a ver al tamaulipeco desesperado al bat (20 ponches en mayo, frente a 5 pasaportes) y perdió poder. A finales de mes se vieron signos de recuperación. Durante mayo, un pobre .207, con un jonrón y 15 producidas. En la temporada, .271, 8 cuadrangulares y 37 remolcadas.

Joakim Soria terminó abril con una “ligera molestia” en el hombro. A principios de mayo lanzó en tres juegos, en los que –fiel a su consistencia- obtuvo 2 salvados y una victoria, con 2.45 de PCL. La lesión lo marginó el resto del mes y apenas en junio volvió al roster. En el año lleva 1-0, con 7 salvados y 2.08 de limpias.

Jerry Hairston Jr. El versátil hermano mayor de los Hairston Arellano mejoró bastante sus números respecto a abril, jugando para los Rojos. En mayo bateó .294, con 6 jonrones y 14 producidas. Al embasarse más, pudo ya robarse 4 bases. En la temporada, .262, 7 jonrones, 16 impulsadas y 31 anotadas.

Rod Barajas. El receptor californiano está teniendo una de sus mejores temporadas, tanto manejando a los pitchers como en la caja de bateo. Se ha mantenido constante a pesar de la mala racha en la que cayeron sus Azulejos de Toronto. En mayo, .274, con un jonrón y 16 producidas. En la temporada: .285, 3 vuelacercas y 26 remolcadas.

Alfredo Aceves fue reactivado por los Yanquis al iniciar mayo, con muy buenos resultados. El de San Luis Río Colorado ha sido utilizado en 10 juegos como relevo corto e intermedio; sólo en tres de ellos le pegaron. Lleva 3 ganados, 1 perdido, 2 ventajas sostenidas y 2.75 de limpias.

Dennys Reyes. El especialista zurdo de los Mellizos sigue haciendo su labor callada pero efectiva para acabar con amenazas contrarias, si bien en mayo bajó un poco su rendimiento. Lleva 0-1, 1 salvamento y 3.77 de limpias.

Juan Castro está en las mayores por su guante, pero anda irreconocible al bat, al grado que los Dodgers sentaron un rato a Furcal para darle juego al mochiteco. En mayo estuvo formidable, bateando para .382; en el año, .341 con un jonrón y 7 producidas.

Jorge De la Rosa llevaba una temporada rarísima. Salidas de calidad que no ganaba porque eran duelos de pitcheo o porque sus relevistas le tiraban la victoria. Inició mayo en el mismo tenor, con dos juegazos frente a Florida y Pittsburgh que no pudo ganar. Luego pasó lo de costumbre: el de Monterrey volvió al descontrol y la inconsistencia, dos salidas desastrosas en las que fue masacrado (una con carreras de caballito; la otra, a palos) y una tercera discreta, pero también resuelta en derrota. Su marca del mes, 0-4, con 6.75 de PCL; en el año 0-6, con 5.43.

Augie Ojeda ha visto bastante acción con Arizona, pero su porcentaje de bateo se desplomó. En mayo su majagua dio sólo .217; en el año, .267 con un jonrón, 4 producidas y un robo.

Ramiro Peña había llegado a tomarse una tacita de café con los Yanquis, pero el novato neoleonés hizo la hombrada de quedarse con la titularidad de la tercera base, hasta que regresó Alex Rodríguez. Ahora pelea un puesto nada menos que con Hideki Matsui, que anda en slump. En varias ocasiones, el manager ha sentado a Godzilla y colocado a Derek Meter como designado y a Ramiro en las paradas cortas. Batea para .242, con 4 producidas, 10 anotadas y dos robos.

Jorge Campillo sigue en la lista de lesionados, tras terminar abril con marca de 1.0 y 4.15 de limpias.

Edgar González Sabín no ha podido recuperar la titularidad en la segunda base de San Diego. El hermano de Adrián batea para .177 con 3 jonrones y 7 impulsadas

Luis Ayala ha sido efectivo cuando hay ventajas o desventajas claras; en juegos apretados ha fracasado rotundamente; por eso los Mellizos lo tienen trapeando innings. En la temporada lleva 1 ganado, 1 perdido, 3 salvamentos echados a perder (dos de ellos, en mayo) y 4.37 de limpias.

Edgar González volvió a las Mayores con los Atléticos de Oakland, tuvo dos salidas. Una aceptable, en la que salió sin decisión y otra muy mala, que le hizo perder su efímero puesto en la rotación de los Atléticos. Su marca, 0-1, con 5.40.

Alfredo Amézaga se volvió a resentir de la rodilla. El utility de los Marlines apenas vio acción en mayo antes de regresar a la lista de lesionados. Su marca de bateo, .217, con 2 impulsadas y un robo.

Walter Silva está truncando su sueño, al mantenerse en la odiosa lista de lesionados. 0-0, con 6.52.

Oliver Pérez, tras volver a fallar en su salida, donde se le vio nerviosísimo, fue colocado en la lista de lesionados. En un principio se pensó que en realidad sufría de “chafitis aguda” y la lesión era para no enviar a las menores a la contratación millonaria de los Mets. Recientemente se comprobó que, efectivamente, el sinaloense tiene algo en la rodilla.

Luis Cruz sigue con su promediazo de .500, por un hit en dos veces al bat. Cochito espera en las menores.

Arturo López es otro mexicano que llegó a los Padres a probar suerte, y no la tuvo. Cuatro oportunidades, en el relevo, tuvo el sinaloense. En tres de ellas lo cosieron a palos. 0-0 y un horroroso 19.29 de carreras limpias.

Luis Mendoza regresó a Texas nada más para que lo apalearan y lo retacharan a menores. El veracruzano tiene 0-0, con 36.00 de PCL.